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Muerte de Sócrates
(detalle) David - 1787 |
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Espíritu
La
dimensión inmaterial del alma que nos capacita para la comprensión de las
realidades superiores como los valores, la ciencia y lo sobrenatural.
Este término castellano traduce los vocablos griegos noûs y pneuma.
Procede del vocablo latino spiritus, cuyo significado original era
“soplo”, “aliento”, pero que muy pronto se utilizó para designar la
realidad inmaterial y racional inscrita en el hombre. Muchos autores lo
hacen sinónimo de alma, y otros incluso de la mente, aunque este último
término, más moderno que los anteriores, está desprovisto de la
connotación religiosa que posee el término “espíritu”. Quienes aceptan una
diferencia entre el alma, la mente y el espíritu seguramente piensan en lo
siguiente: se entiende el alma como principio vital, vinculado
esencialmente con lo orgánico, y común a todos los seres vivos; por otro
lado, la mente esta más relacionada con las facetas intelectuales y la
consciencia y es característica del ser humano; finalmente, por encima del
alma y la mente se encontraría el espíritu como el principio inmaterial y
sobrenatural que nos pone en contacto con las realidades superiores: nos
permite el conocimiento de los valores estéticos y morales, la sabiduría
como comprensión del sentido último de las cosas, y la experiencia de lo
trascendente o divino.
Ver “alma” y “mente” y
también "alma" en el
Diccionario filosófico de Voltaire y en
el
Diccionario Enciclopédico Hispano-Americano.
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TEXTOS PRESOCRÁTICOS-SOFISTAS-SÓCRATES
El
neoplatónico Jámblico (240-325) nos cuenta en el
siguiente texto los efectos del éxtasis o experiencia mística de
comunión entre el espíritu humano y el espíritu divino.
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Hay muy diversas formas de posesión divina, y hay modos
diversos de suscitar el espíritu divino. En consecuencia,
también son numerosos y diferentes los indicios de este estado.
En primer lugar, son diversos los dioses de quienes recibimos el
espíritu, y de ahí que la inspiración se manifieste de muy
diversas formas; también son diversas las clases de influencias
ejercidas, por lo que el rapto divino se produce de varias
maneras. Porque puede el dios tomar posesión de nosotros o ser
nosotros enterametne absorbidos en él y aún puede ocurrir que
cooperemos con él. A veces participamos de los orderes
inferiores del dios, de los medianos otras, y en algunas,
incluso de los superiores. Puede darse la mera participación,
pero hay también la comunión o, en ocasiones, una combinación de
estas dos formas. Puede producirse la separación completa del
alma o quedar ésta envuelta en el cuerpo o también es arrebatada
y dirigida toda la naturaleza.
Jámblico,
Sobre los misterios III, 5 (En Mircea Eliade, Historia de las creencias y de las
ideas religiosas, tomo IV. Ediciones cristiandad)
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© Javier Echegoyen Olleta
Edición en papel:
Historia de la Filosofía. Volumen 1: Filosofía
Griega. Editorial Edinumen. |
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