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Muerte de Sócrates
(detalle) David - 1787 |
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Mayéutica
Método socrático de enseñanza
basado en el diálogo entre maestro y discípulo con la intención de llegar
al conocimiento de la esencia o rasgos universales de las cosas.
Del
griego maieutiké (arte de las comadronas, arte de ayudar a procrear). La
mayéutica es el método filosófico de investigación y enseñanza propuesto
por Sócrates. En un pasaje del Teetetes de Platón dice Sócrates que practica un arte parecido al de su madre Fenaretes,
que era comadrona: “Mi arte mayéutica tiene las mismas características generales que el
arte [de las comadronas]. Pero difiere de él en que hace parir a los
hombres y no a las mujeres, y en que vigila las almas, y no los cuerpos,
en su trabajo de parto. Lo mejor del arte que practico es, sin embargo,
que permite saber si lo que engendra la reflexión del joven es una
apariencia engañosa o un fruto verdadero”.
Consiste
esencialmente en emplear el diálogo para llegar al conocimiento. Aunque
Sócrates nunca sistematizó la mayéutica, seguramente es correcto destacar
las siguientes fases en este método:
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en un primer momento se plantea una cuestión que, en el caso del
uso que Sócrates hizo de este método, podía expresarse con preguntas del
siguiente tipo ¿qué es la virtud?, ¿qué es la ciencia?, ¿en qué consiste
la belleza?;
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en un segundo momento el interlocutor da una respuesta, respuesta
inmediatamente discutida o rebatida por el maestro;
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a continuación se sigue una discusión sobre el tema que sume al
interlocutor en confusión; este momento de confusión e incomodidad por no
ver claro algo que antes del diálogo se creía saber perfectamente es
condición necesaria para el aprendizaje, y Sócrates lo identifica con los
dolores que siente la parturienta antes de dar a luz;
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tras este momento de confusión, la intención del método mayéutico
es elevarse progresivamente a definiciones cada vez más generales y
precisas de la cuestión que se investiga (la belleza, la ciencia, la
virtud);
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la discusión concluiría cuando el alumno, gracias a la ayuda del
maestro, consigue alcanzar el conocimiento preciso, universal y estricto
de la realidad que se investiga (aunque en muchos diálogos de Platón no
se alcanza este ideal y la discusión queda abierta e inconclusa).
La idea básica del método
socrático de enseñanza consiste en que el maestro no inculca al alumno el
conocimiento, pues rechaza que su mente sea un receptáculo o cajón vacío
en el que se puedan introducir las distintas verdades; para Sócrates es el
discípulo quien extrae de sí mismo el conocimiento. Este método es muy
distinto al de los sofistas: los sofistas daban discursos y a partir de
ellos esperaban que los discípulos aprendiesen; Sócrates, mediante el
diálogo y un trato más individualizado con el discípulo, le ayudaba a
alcanzar por sí mismo el saber.
El arte
de la mayéutica implica la teoría platónica de la reminiscencia pues al
considerar al discípulo competente para encontrar dentro de sí la verdad
debe suponer que el alma de aquél la ha debido conocer en algún momento
antes de hacerse ignorante.
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TEXTOS PRESOCRÁTICOS-SOFISTAS-SÓCRATES
En este clásico texto, Platón nos
cuanta cómo Sócrates entiende la experiencia de
investigación y de conocimiento; la mayéutica se presenta
como el arte que permite a cada uno encontrar la verdad en el
interior de nuestra alma, sacarla a la consciencia y ser dueños
de ella.
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El oficio de partear tal como yo lo desempeño, se parece
en todo lo demás al de las matronas, pero difiere en que yo lo
ejerzo sobre los hombres y no sobre la mujeres, y en que asisten
al alumbramiento, no los cuerpos, sino las almas. La gran
ventaja es que me pone en estado de discernir con seguridad, si
lo que el alma de un joven siente es un fantasma, una quimera o
un fruto real. Por tora parte, yo tengo de comun con las
parteras que soy estéril en punto a sabiduría, y en cuanto a lo
que muchos me han echado en cara diciendo que interrogo a los
demás y que no respondo a ninguna de las cuestiones que se me
proponen, porque yo nada sé, este cargo no carece de fundamento.
Pero he aquí por qué obro de esta manera. El Dios me impone el
deber de ayudar a los demás a parir, y al mismo tiempo no
permite que yo mismo produzca nada. Ésta es la causa de que no
esté versado en la sabiduría y de que no pueda alabarme en
ningún descubrimiento que sea una producción de mi alma. En
compensación, los que conversan conmigo, si bien algunos de
ellos se muestran muy ignorantes al principio, hacen
maravillosos progresos a medida que me tratan, y todos se
sorprenden de este resultado, y es porque el Dios quiere
fecundarlos. Y se ve claramente que ellos nada han aprendido de
mí, y que han encontrado en sí mismos los numerosos y bellos
conocimientos que han adquirido, no habiendo hecho yo otra cosa
que contribuir con el Dios a hacerles concebir·
Platón,
Teeteto
(Platón, Diálogos. Editorial Porrúa, p. 301)
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© Javier Echegoyen Olleta
Edición en papel:
Historia de la Filosofía. Volumen 1: Filosofía
Griega. Editorial Edinumen. |
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